Tras la reciente visita de los responsables de los Programas 3x1 a las diversas comunidades de mexicanos en los Estados Unidos, ha generado expectativas y reacciones sobre los cambios en sus reglas de operación.
Por años, este programa se ha llevado a cabo con la participación de los tres niveles de gobierno, sin embargo, algunos representates comunitarios en el Norte de Texas y California indican que no todos los involucrados actúan según lo marcan las reglas, ya sean migrantes o autoridades, desvirtuando el objetivo primordial.
Francisco Álvarez Calderón, presidente de Casa Zacatecas en Fort Worth y representante de migrantes ante el Comité de Validación de Obras de Migrantes (COVAM), dijo que “el programa está totalmente secuestrado por los gobiernos estatales, pues si no nos ajustamos a las nuevas reglas de operación donde marcan que todas las obras deben estar enfocadas a la llamada Cruzada contra el Hambre, entonces no prosperan”, y agregó que con ello se les da más herramientas a los gobiernos para que condicionen a quién le dan o no las obras.
Explicó que es una estrategia coordinada por el gobierno federal que busca que la población supere su condición simultánea de carencia alimentaria y pobreza extrema.
Aseguró que el 80 por ciento de las obras que se realizan son de muy mala calidad, y ya son muy pocos los clubes que aportan para las obras de su interés, pues el gobierno federal y los muncipios las proponen, dejando fuera las obras que en realidad sí les importan a los migrantes.
Álvarez reconoció que esto es también culpa de los mismos migrantes, “pues empiezan a avalar obras sin analizar y además de entrar al juego de los diezmos y los moches y donde los constructores se ven involucrados en ello también”.
Dijo además que existe el temor en los clubes de que si denuncian tales situaciones, haya consecuencias por parte de los presidentes municipales, así como de las entidades gubernamentales involucradas.
Samuel Berkestein, director del Programa 3x1 para Migrantes, de SEDESOL, dijo que hay un criterio en las reglas de operación: “No es una cosa arbitraria, son seis y uno de ellos es para evaluar los proyectos de los objetivos de la Cruzada contra el Hambre pero eso no quiere decir que se les obligue a los migrantes o que se les desechen sus proyectos que no van a los municipios de la Cruzada contra el Hambre”.
Berkestein agregó que si Álvarez tiene pruebas sobre “los diezmos y los moches”, sería oportuno presentarlas.
Rafael Trejo, residente de Dallas y presidente del Club 2020 de Jerécuaro, Guanajuato, dijo haber intentado participar en este programa, pero debido a requisitos de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), su club decidió realizar una obra con sus propios recursos sin apoyo gubernamental.
“Logramos realizar la obra con un costo de un millón doscientos mil pesos, y aunque el costo fue un poco elevado preferimos hacerlo de esta manera, aún sin quien pueda informarnos ni asesorarnos”.
Víctor Morales, consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) en Dallas, dijo que “el enemigo número uno de este programa son los presidentes municipales, pues ellos quieren colgarse el milagro con el sacrificio de los migrantes, es por eso que los connacionales no quieren entrar a ningún programa que tenga que ver con los gobiernos”.
Dijo que es importante una depuración de las organizaciones, “hay muchas organizaciones fantasmas, muchas personas que registran organizaciones o que se hacen secretarios o presidentes, aquí en Dallas hay muchas de ellas”.
Tania Posternak Gebel, representante de SEDESOL en EU con sede en Chicago, dijo que su área de competencia abarca Texas, además de otros 20 estados de EU.
Consultada en relación a los señalamientos de los representates comunitarios, respondió que a la fecha esa representación no ha recibido quejas o denuncias.
“En caso de que se desee presentar alguna queja y/o denuncia, podrán realizarse por escrito y/o vía telefónica en el Órgano Interno de Control de la SEDESOL, o en las delegaciones de SEDESOL en las entidades federativas”.
Agregó que si se tiene conocimiento de alguna irregularidad, “esta oficina está en la mayor disposición de dar los espacios de diálogo, así como de recibir quejas y comentarios que canalizará a las instancias correspondientes para su debido seguimiento”.
Posternak Gebel dijo que durante el 2013, de acuerdo a datos preliminares, se apoyaron 2,003 proyectos de 735 Clubes y Organizaciones de Migrantes con un presupuesto de 488.80 millones de pesos (alrededor de $36.7 millones de dólares, sin incluir gastos de operación).
Salvador Ramírez, presidente de la Alianza de Duranguenses en California, dijo que “la depuración de los clubes no es la solución, pero sí parte de ella”.
Ramírez dijo que en su caso hay obras inconclusas con responsabilidad de alcaldías y constructoras.
Agregó que cuando se trata de promover las obras en las comunidades, entre los migrantes persisten sentimientos encontrados, “por una parte está el temor a represalias, y en segundo la molestia general de las comunidades a los presupuestos bastante alterados, a la poca difusión y participacion de los paisanos, y eso nos afecta bastante pues aquí se promueve, y allá en Durango ni en cuenta se nos toma”.
Martha Esquivel, responsable de SEDESOL en la Costa Oeste de EU, dijo que no es una depuración en el sentido estricto de la palabra, sino más bien los cambios en las reglas de operación en el programa.
Esquivel indica que uno de los puntos vulnerables está en la participación de autoridades locales, en los presidentes municipales, en la dinámica que se da con ellos, “pues generalmente los clubes son permanentes y las autoridades cambian cada tres años, esto hace que a veces las autoridades desconozcan el programa”.
Agregó que “entonces a veces esa acción no ayuda, no abona a que las comunidades en el exterior se sientan reconocidas”.
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